miércoles, 27 de abril de 2016

Dislipidemias y aterosclerosis


Aterosclerosis y Dislipidemia
Por Ezequiel Caballero Muñoz
 

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primer causa de muerte en México, entre los principales factores se encuentran la hipercolesterolemia, su incidencia ha ido en aumento principalmente por los cambios higiénico dietéticos, por mayor consumo de grasas saturadas, sedentarismo, tabaquismo, hipertensión y diabetes.

Las dislipidemias son trastornos en los lípidos en la sangre caracterizados por niveles elevados de colesterol (hipercolesterolemia) e incremento de las concentraciones de triglicéridos (hipertrigliceridemia). Estas dos son entidades frecuentes que acompañan alteraciones como la Diabetes Mellitus tipo ll, la gota, el alcoholismo, la insuficiencia renal crónica, hipotiroidismo y el síndrome metabólico.

Las dislipidemias aumentan el riesgo de aterosclerosis ya que favorece el depósito de lípidos de la pared de las arterias, con la aparición de placas de ateromas y en los parpados (xantelasma), y en la piel (xantomas). El aumento excesivo de los triglicéridos (11,3 mmol/L) incrementa el riesgo de pancreatitis aguda.

Marco histórico

El termino arteriosclerosis fue introducido por Lobstein en 1833, y posteriormente evoluciono hasta convertirse en una etiqueta genérica para en endurecimiento de las arterias. No fue hasta el año 1904 cuando se puso en duda su papel predominante como designación genérica. En ese año, intentando incorporar los dos extremos del espectro anatomopatológico.

 Marchand presento un trabajo en el XXI Congreso de Medicina Interna celebrado en Leipzig, en el que recomendaba la adopción del término "aterosclerosis". Ello parecía constituir un abordaje semántico razonable, puesto que en griego, "atero" significa papilla y "esclero" quiere decir endurecimiento. Sin embargo muchos anatomopatólogos no se decantaron por la palabra aterosclerosis como termino genérico por diversas razones, pero sobre todo porque no hacía referencia a la capa especifica del vaso sanguíneo que estaba afectada.

La denominación no tenía en cuenta las observaciones publicadas por Virchow en 1856. Dos años después de la propuesta original de Marchand, Klotz, en un intento de resolver la cuestión, recomendó que se volviera a la "arteriosclerosis" de Lobstein como denominación genérica de todo el proceso.

 

Evidencias

El sobrepeso y la obesidad corporal o central contribuyen para el desarrollo de las dislipidemias. La pérdida de del 5 al 10 % de peso corporal mejora el perfil de lípidos e influye favorablemente sobre otros factores de riesgo cardiovascular. Los resultados de dos meta análisis demuestran un efecto positivo del ejercicio físico de intensidad moderada para aumentar los niveles de HDL que van de 1.9 a 2.5 mg/dl. Otros efectos son la disminución de LDL y triglicéridos.

Lo mínimo requerido de ejercicio a la semana es de 120 min de ejercicio aeróbico o gastar 900kcal para aumentar los niveles de HDL.

El uso de ácidos grasos omega 3 en pacientes con enfermedad coronaria (850 mg eicosapentanoico y acidodocosahexenoico) diariamente tiene una reducción de la mortalidad de alrededor del 20% por cualquier causa y una reducción del 47 % de muerte súbita.

 

Teorías de las aterosclerosis

Las primeras teorías fueron establecidas por anatomopatólogos hace más de un siglo, propuestas por Von Rokitansky en 1852 y por Rudolph Virchow en 1862. Estas dos primeras Hipótesis se constituyeron por muchos años, en las postulaciones más importantes sobre la fisiopatología del padecimiento y fueron tituladas como la " hipótesis trombótica o de la Incrustación " y " la teoría lipídica o de la Insudación", respectivamente.

·         Teoría de la incrustación

Esta teoría fue desarrollada por Rokitansky, Este investigador sugirió que las placas ateromatosas se originaban a partir de los depósitos de fibrina en la íntima arterial. Se basaba en la presencia de fibrina en la placa aterosclerosa, por lo que propuso que la fibrosis inicial de la íntima era el resultado de la organización de un trombo blanco o plaquetario, el cual una vez incorporado a la pared vascular, provocaría espesamiento con transformación patológica consecutiva de la íntima. Estos trombos se depositarían en zonas previamente lesionadas del endotelio vascular, provocadas por diversas causas.

·         Teoría de la insudación

Esta teoría fue propuesta por Virchow, La misma señala que cualquier lesión mecánica o inflamatoria del endotelio vascular puede favorecer la insudación de lípidos plasmáticos en la íntima arterial. La teoría de la Insudación enfatiza la relación entre la elevación crónica del colesterol sérico y la producción de lesiones ateroscleróticas clásicas y progresivas. Virchow señaló que el ateroma es una enfermedad intrínseca de la pared arterial, generada como una respuesta tisular a agentes nocivos provenientes de la sangre, capaz de desarrollar una respuesta inflamatoria (endarteritis deformans).

Con el paso de los años se le añadió a la teoría, el mecanismo de insudación de lípidos, en lo que se señala que el aumento de ellos en el torrente circulatorio, es capaz de inhibir las capas arteriales y desarrollar la enfermedad. La teoría de la Insudación se fortaleció con diferentes estudios experimentales en animales, que mostraron que al someterse los mismos a dietas aterogénicas (colesterol y grasas saturadas), aumentaba en forma notoria, la acumulación de lípidos en las capas arteriales.

 

 

 

 

Factores de Riesgo

·         No Modificables

Edad: mayores de 35 años.

Sexo: mayor predisposición en varones.

Herencia: no explicada completamente.

·         Modificables

Tabaquismo: principal factor relacionado con la aterosclerosis.

HTA: índole hemodinámico, la pared se lesiona mediante la presión lateral, succión, onda pulsátil y de reflexión, viscosidad y turbulencias.

Diabetes Mellitus: la aterosclerosis en diabéticos es más precoz, más distal, más difusa, más agresiva y con menos posibilidades terapéuticas.

·         Otros factores

Factores trombogénicos, hiperhomocisteinemia, menopausia, síndrome X, factores psicosociales,

 
Clasificación

La clasificación de Fredrickson divide a las hiperlipidemias en seis grupos según los patrones de aumento de lípidos y lipoproteínas.


Existe una clasificación más práctica que distribuye a las dislipidemias en dos grupos; primarias o secundarias. Las primarias responden a mutaciones genéticas y se sospechan cuando existe se producen signos de dislipidemia en niños, en enfermedades ateroescleróticas prematuras (menores de 60 años y con niveles de colesterol en sangre por encima de 6,2 mmol/L.

Las dislipidemias secundarias son aquellas que se presentan en adultos, la causa más frecuente es el estilo de vida sedentaria con la ingesta de grasas saturadas y colesterol, así como la diabetes, el alcoholismo, la insuficiencia renal crónica, el hipotiroidismo, la cirrosis hepática primaria, fármacos como las tiacidas, los Alfa bloqueante, retinoides, antirretrovirales, estrógenos, progestágenos y glucocorticoides.

La hipercolesterolemia familiar esencial es un trastorno genético frecuente de carácter dominante, relacionado con una deficiencia de receptores de LDL o de apo C-ll, que provoca un incremento en los niveles de circulación de las LDL, lipoproteínas ricas en colesterol, lo que produce hipercolesterolemia.

El aumento de los triglicéridos en conjunto con niveles bajos de HDL, es la dislipidemia mas frecuente en la práctica médica, la hipertigliceridemia se produce por un aumento de la formación hepática de las VLDL, sobre todo por un exceso de grasa visceral o un déficit de eliminación de estas partículas, se recomienda tener valores menores de 170 mmol/L de TG.

 

 

Recomendaciones

El cambio en el estilo de vida es la principal estrategia de prevención primaria y secundaria. Debe reducirse la ingesta calórica a 300 – 500 kcal/día y aumentar el gasto energético con ejercicio de intensidad moderada.

La ingesta de sal debe reducirse a 5 gr al día. La ingesta de hidratos de carbono puede variar entre el 45 y el 55% de la ingesta total, se recomienda una ingesta de verduras y frutas de bajo contenido glucémico. La ingesta de azucares no debe exceder el 10% de la ingesta calórica total, recomendar no ms de 30 gr de fibra al día.

 

Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico comprende el uso de estatinas, fibratos, secuestradores de ácidos biliares, ácido nicotínico, entre otros.

Las estatinas representan un conjunto de medicamentos muy efectivos en el tratamiento de las dislipidemias, que inhiben la enzima HMG CοΑ reductasa que interviene en la síntesis de colesterol en las células. Un gran número de estudios han demostrado que las estatinas son útiles en la prevención de las enfermedades cardiovasculares al igual que la progresión de las enfermedades coronarias.

Los fibratos son agonistas del receptor alfa de activador de proliferación de los peroxisomas, actúan en la vía de los factores de transcripción del metabolismo de los lípidos. Tienen gran evidencia en la reducción de triglicéridos en ayuno y pospandrial y lipoproteínas ricas en triglicéridos al aumentar la lipasa que hidroliza los triglicéridos de LDL.

Los secuestradores de ácidos biliares son resinas de intercambio anionico adyuvantes al tratamiento con estatinas para pacientes que requieran más reducción de LDL. El mecanismo de acción de las resinas es: 97% de ácidos biliares de origen endógeno es reabsorbido en el intestino y regresado al hígado por circulación portal es del 3%.

El ácido nicotínico tiene alta especialización de acción en el hígado y el tejido adiposo, en el primero inhibe el diacilglicerol aciltransferasa-2 y da como resultado la disminución de partículas de VLDL, por otro lado en acido nicotínico aumenta la producción de HDL y Apo A1, principalmente por la producción del Apo A1.

 

 

Referencias Bibliográficas

1.- Chávez G. Aterosclerosis: definición, etiología, manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento y prevención. Monografía. Veracruz México. Universidad Veracruzana. 2006

2.- Miguel P. Dislipidemias. Revista Médica Scielo. ACIMED. 2009; 20(6): 265-273

3.- Guía de práctica clínica. Diagnóstico y tratamiento de las dislipidemias. Evidencias y recomendaciones. Catálogo maestro de guías de práctica clínica: IMSS – 233 – 09.

4.- Suarez J. Fisiopatología de la aterosclerosis, primera parte. Rev. Costarricense cardiología vol.3 no° 2 San José Aug. 2001.

5.- E. RosDíe. Aterosclerosis, factores de riesgo vascular y prevención de la cardiopatía isquémica. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 27/04/2016.

Insuficiencia cardiaca Alejandro Saucedo Cortes

Insuficiencia cardiaca.

La insuficiencia cardíaca (IC) es, actualmente, la causa más frecuente de ingreso hospitalario en mayores de 65 años a nivel mundial.
El daño se encuentra en las miofibrillas o una consecuencia es la sobrecarga hemodinámica excesiva y esto provoca una disminución en la fuerza que contrae el corazón. Esto tiene consecuencia en el llenado ventricular ya que la fracción de eyección disminuye con o sin la reducción del gasto cardíaco.
La insuficiencia cardiaca es uno de los síndromes clínicos más frecuentes en la práctica médica y se presenta cuando el corazón, a presiones normales de llenado, es incapaz de bombear la cantidad suficiente de sangre que requiere el metabolismo de los tejidos. En la insuficiencia cardiaca, como respuesta al gasto cardiaco insuficiente, se activan una serie de mecanismos neuroendocrinos sistémicos, que posteriormente, contribuyen al deterioro del cuadro clínico; es el caso del sistema simpático y el sistema renina-angiotensinaaldosterona, los cuales terminan produciendo daño endotelial, incremento de radicales libres, de la apoptosis, de la fibrosis cardiaca y generación de arritmias. También se observa un incremento en la liberación de péptidos natriuréticos, los cuales tienden a regular algunas de las respuestas neurohumorales exacerbadas, sin embargo, con el transcurso de la enfermedad su acción tiende a atenuarse. Celular y molecularmente se producen una serie de alteraciones en el manejo intracelular del Ca2+, así como en algunas de las corrientes iónicas que participan en la generación del potencial de acción de los miocitos cardiacos. La remodelación cardiaca precede al cuadro clínico de la insuficiencia y contribuye a su deterioro. Mensajeros químicos como la endotelina- 1, la norepinefrina y la angiotensina II, que activan la cascada de las MAP quinasas, provocan hipertrofia cardiaca, lo que favorece la isquemia y la aparición de arritmias. El manejo farmacológico de la insuficiencia cardiaca debe dirigirse a los mecanismos fisiopatológicos afectados, es decir, al bloqueo de las acciones deletéreas de los sistemas neuroendocrinos sobreestimulados y a evitar la pérdida de miocitos, la generación de fibrosis y de arritmias cardiacas, para lo cual es indispensable el manejo apropiado de los niveles intracelulares de Ca2+.
El pronóstico de insuficiencia cardiaca es pobre ya que un los signos y síntomas se presenta por un gasto cardiaco insuficiente y por una serie de mecanismos compensadores cardiovasculares y neurohumorales. Puede ocurrir ya sea en un ventrículo o en ambos y puede ser de acuerdo a la eyección insuficiencia cardiaca diastólica o sistólica.

Cuadro clínico
Frecuentemente se presentan síntomas y signos por intolerancia a los esfuerzos, como la disnea y la fatiga, y otros por retención de líquidos como el edema periférico y la congestión pulmonar
Clínicamente, la IC se caracteriza por la presencia de edema periférico, disnea, fatiga, ortopnea, disnea paroxística nocturna, cardiomegalia, y un tercer ruido en la auscultación.
Se ha utilizado el término de IC congestiva (ICC) cuando el acúmulo de líquido y la retención de sodio producen una congestión severa que causa un incremento de la presión venosa yugular, cambios pulmonares, edema periférico o hepatomegalia.








Etiología
Las 3 principales causas de IC son: la cardiopatía hipertensiva, la cardiopatía isquémica asociada con un infarto previo y la miocardiopatía dilatada.

Clínicamente, la IC puede presentarse por disfunción sistólica o diastólica.
En la IC sistólica la alteración ocurre por decremento en el número de miocitos o por disminución en la función contráctil de estos, lo que afecta la eyección.
En la IC diastólica el problema radica primariamente en una pobre relajación del miocardio, que afecta el llenado ventricular.4,18 Hemodinámicamente, en la primera existe clara depresión de la fracción de eyección (<40%); en la segunda, este parámetro está menos comprometido (>40%).
Los pacientes con IC secundaria a cardiopatía hipertensiva generalmente inician con sintomatología por disfunción diastólica, es decir, disnea de esfuerzo, y tienden a presentar un ventrículo izquierdo con hipertrofia concéntrica. Los pacientes con IC secundaria a isquemia o a una miocardiopatía idiopática, desarrollan IC por disfunción sistólica y usualmente presentan un dilatado.

Alteraciones electrofisiológicas
La mitad de las muertes por ICC son causadas por taquicardia ventricular y cerca del 80% de los pacientes con IC sistólica presentan este tipo de arritmia.La duración del PA en los miocitos de corazones en IC está prolongada, debido principalmente, a una reducción en la corriente de K+ durante la fase 1.
Por otro lado, las corrientes de calcio a través de los canales tipo “L” y tipo “T” se ven alteradas, lo que se ha asociado al hiperaldosteronismo que se presenta en la IC.
Estos cambios en las corrientes iónicas de los miocitos serían parcialmente responsables de una mayor probabilidad de generación de arritmias.
Otro mecanismo productor de arritmias cardiacas y de muerte súbita es, como ya se dijo, la activación de los RyR2, que permite una mayor salida de Ca2+ del RS, y favorece la generación de postdespolarizaciones tardías que pueden disparar una taquicardia ventricular.De hecho, recientemente se ha demostrado que un medicamento llamado JTV519, que es una benzotiacepina, estabiliza el estado cerrado de los RyR2 previniendo la aparición de arritmias.
Por último, debe aclararse que en la IC, la posibilidad de la aparición de arritmias cardiacas también posee un componente genético.

Clasificación
El síndrome clínico de insuficiencia cardíaca aguda puede clasificarse como insuficiencia anterógrada predominantemente izquierda o derecha, insuficiencia retró- grada izquierda o derecha, o una combinación de ambas.


 
Insuficiencia cardíaca anterógrada (izquierda y derecha).
La insuficiencia cardíaca aguda anterógrada puede presentarse de forma entre leve y moderada y cursar solamente con fatigabilidad de esfuerzo, o grave, con manifestaciones de hipoperfusión tisular en reposo y debilidad, confusión, somnolencia, palidez con cianosis periférica, sudoración fría, hipotensión, pulso filiforme y oliguria, que culminan en el cuadro completo del shock cardiogénico. Este síndrome puede estar inducido por una gran variedad de enfermedades.
Una historia adecuada puede facilitar el diagnóstico, por ejemplo:
     Síndrome coronario agudo con factores de riesgo relevantes, antecedentes y síntomas sugestivos;
     Miocarditis aguda con historia reciente sugestiva de infección vírica aguda;
     Disfunción valvular aguda con historia de enfermedad valvular crónica o cirugía valvular, infección con posibilidad de endocarditis bacteriana, o traumatismo de tórax;
     Embolismo pulmonar
     Taponamiento pericárdico.
      
El examen físico del sistema cardiovascular puede conducir al diagnóstico principal, por ejemplo, por la presencia de distensión de las venas del cuello y pulso paradójico (taponamiento pericárdico), ruidos cardíacos apagados relacionados con una disfunción sistólica miocárdica, o la desaparición de los ruidos valvulares artificiales o de un soplo adecuado que indican un problema valvular. En la insuficiencia cardíaca aguda anterógrada, el manejo inmediato debe incluir tratamiento de soporte para mejorar el gasto cardíaco y la oxigenación tisular. Estos objetivos se alcanzan con agentes vasodilatadores, administración de fluidos para alcanzar una precarga óptima, soporte inotrópico a corto plazo y (a veces) contrapulsación con balón intraaórtico.

Insuficiencia cardíaca izquierda retrógrada.
La insuficiencia cardíaca retrógrada izquierda puede estar relacionada con una disfunción ventricular izquierda de grado variable, desde leve a moderado, que cursa solamente con disnea de esfuerzo, hasta edema de pulmón con dificultades respiratorias (tos seca, a veces con esputos espumosos), palidez o incluso cianosis, sudación fría y presión arterial normal o elevada. A menudo es posible oir estertores finos en los campos pulmonares. La radiografía de tórax muestra congestión/edema de pulmón. La presencia de una enfermedad en el corazón izquierdo puede ser la causa de este síndrome, incluidos la disfunción miocárdica relacionada con condiciones crónicas previas, los daños agudos, como isquemia miocárdica o infarto, la disfunción valvular aórtica o mitral, los trastornos del ritmo cardíaco o los tumores del corazón izquierdo. Las enfermedades extracardíacas pueden incluir la hipertensión severa, estados de alto gasto (anemia, tirotoxicosis) y estados neurogénicos (tumores cerebrales o traumatismos). El examen físico del sistema cardiovascular, incluido el latido del ápex, la calidad de los tonos cardíacos, la presencia de soplos y la auscultación de los pulmones para valorar la presencia de estertores finos o de sibilancias espiratorias (asma cardíaca), puede indicar cuál es el diagnóstico principal. Los pacientes con insuficiencia cardíaca izquierda retrógrada deben ser tratados principalmente con vasodilatadores y, en algunos casos, puede requerirse el uso de diuréticos, broncodilatadores y narcóticos. Puede ser necesario el soporte respiratorio. Este soporte puede realizarse con presión de aire positiva continua o ventilación no invasiva con presión positiva o, en algunas circunstancias, con ventilación invasiva después de una intubación endotraqueal.

Insuficiencia cardíaca derecha retrógrada.
El síndrome de insuficiencia cardíaca derecha aguda está relacionado con la disfunción pulmonar y cardíaca derechas, lo que incluye la presencia de exacerbaciones de una enfermedad pulmonar crónica con hipertensión pulmonar, o una enfermedad pulmonar masiva aguda (p. ej., neumonía extensa o embolismo pulmonar), un infarto ventricular derecho agudo, un funcionamiento deficiente de la válvula tricúspide (de origen traumático o infeccioso), y una enfermedad pericárdica aguda y subaguda. También se debe tener en cuenta la posibilidad de que haya una enfermedad cardíaca izquierda avanzada que haya progresado hacia insuficiencia derecha y, de manera similar, se debe considerar la posibilidad de una cardiopatía congénita de larga evolución que haya evolucionado hacia insuficiencia ventricular derecha. Las enfermedades no cardiopulmonares incluyen el síndrome nefrítico/nefrótico y las enfermedades hepáticas terminales. También deben considerarse algunos tumores secretores de péptidos vasoactivos. Este síndrome se presenta típicamente con cansancio, edemas maleolares con fóvea, dolorimiento en la parte superior del abdomen (debido a la congestión hepática), dificultad respiratoria (con derrame pleural) y distensión abdominal (con ascitis). El cuadro completo incluye anasarca con disfunción hepática y oliguria. La historia y el examen físico deben confirmar la presencia del síndrome de insuficiencia cardíaca derecha aguda, indicar cuál es el diagnóstico de sospecha y guiar las exploraciones posteriores, que probablemente incluyan electrocardiograma (ECG), gasometría, medida de dímero-D, radiografía de tórax, ecocardiografía Doppler, angiografía o tomografía computarizada de tórax. La sobrecarga de líquidos de la insuficiencia cardíaca derecha retrógrada se maneja con diuréticos, incluida la espironolactona y, a veces, con un tratamiento corto con dosis bajas («dosis diurética») de dopamina. El tratamiento concomitante puede incluir antibióticos para la infección pulmonar y la endocarditis bacteriana, bloqueadores de los canales de calcio, óxido nítrico o prostaglandinas para la hipertensión pulmonar primaria, y anticoagulantes, trombolíticos o trombectomía para el embolismo pulmonar agudo.


 

Tratamiento

El tratamiento de la insuficiencia cardiaca no solo va dirigido al control de la sintomatología sino que también se debe de tomar en cuenta diversos factores los cuales son importantes para disminuir la mortalidad de esta enfermedad, así como debe darse prevención a los pacientes.

Estos son alguno de los diferentes manejos sindromáticos de la insuficiencia cardiaca:

Tratamiento no farmacológico

1      Actividad física. El ejercicio físico se puede prescribir a pacientes estables, el cual debe de ser principalmente aeróbico, regular y moderado genera beneficios no sólo al mejorar la clase funcional, sino también el aprovechamiento del consumo de sustratos bioenergéticos y el consumo miocárdico de oxígeno. Se ha comprobado que en enfermos isquémicos, la actividad física regular es capaz de mejorar la densidad de capilares sanguíneos a nivel miocárdico haciendo más eficiente la microcirculación.

2      Dieta. Es importante destacar que la restricción absoluta del sodio en la dieta está contraindicada en pacientes con IC, la recomendación se limita a restringir su ingesta a menos de 6 gr de sal al día. En cuanto a la ingesta de líquidos en aquellos con edema periférico o congestión pulmonar la recomendación es limitar la ingesta a 1000 cc de líquidos totales al día.

Tratamiento farmacológico
El manejo de la IC clásicamente ha estado dirigido a: disminuir la presión venosa central con diuréticos, reducir la postcarga con vasodilatadores periféricos y aumentar la contractilidad cardiaca con agentes inotrópicos.


Inhibidores de la ECA
El uso de los inhibidores de la ECA y los bloqueadores de los receptores para ANGII ha mejorado la sobrevida de los pacientes con IC. Se ha visto que este tipo de fármacos, además de disminuir la poscarga, reducen la hipertrofia ventricular izquierda.

Este tipo de fármacos son los principales para el manejo inicial de la insuficiencia cardiaca causada por una disfunción sistólica. Su principal objetivo terapéutico es el control neurohumoral. Estos fármacos han logrado mejoría sintomática, pero además disminuyen la mortalidad y la progresión del daño, algunas de las contraindicaciones para el uso de esos fármacos son la estenosis bilateral de las arterias renales o historia de edema angioneurótico. En presencia de efectos adversos se recomienda sustituir un IECA por otro, en aquellos casos en los que se tenga antecedente de eventos adversos.



Diuréticos

Los diuréticos, especialmente las tiazidas y los de asa, mantienen su lugar preponderante, pues permiten controlar la sobrecarga de volumen y los síntomas propios de la congestión.6 La espironolactona, así como otros inhibidores de los receptores de aldosterona que están en estudio, evitan la retención de sal, la pérdida urinaria de potasio y, lo más novedoso, disminuyen la fibrosis cardiaca.

Digitálicos

Los digitálicos, además de su clásico efecto inotrópico positivo, aumentan la descarga de las aferencias de los receptores de presión cardiacos, lo que se acompaña de una disminución de la actividad simpática sobre el corazón. Sin embargo, su utilización se ha asociado con un mayor riesgo de presentar arritmias.


Bibliografía
Ulate, G., & Campos, A. U. (2009). Actualización en los mecanismos fisiopatológicos de la insuficiencia cardiaca. Acta Médica Costarricense ISSN 0001-6012, 50(1).


Nieminen, M. S., Böhm, M., Cowie, M. R., Drexler, H., Filippatos, G. S., Jondeau, G., ... & Rhodes, A. (2005). Guías de Práctica Clínica sobre el diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia cardíaca aguda. Versión resumida.Revista Española de Cardiología, 58(04), 389-429.

Una link de interes (Bradiarritmias)





Anexamos un muy buen video sobre nuestro tema, perteneciente a la sociedad española de Cardiología.

Bradiarritmias

Bradiarrtitmias Generalidades, epidemiología y etiología

Bradiarritmias
Una arritmia es un ritmo anormal del corazón y es causada por problemas con el sistema eléctrico del corazón. Los impulsos eléctricos pueden producirse demasiado rápido, demasiado lentamente, o de forma errática - haciendo que el corazón lata demasiado rápido, demasiado lento o irregular. Hay dos tipos básicos de arritmias.


Según la AHA (American Heart Association):
Una frecuencia cardíaca inferior a 60 latidos por minuto (BPM) en adultos se denomina bradicardia. En la población sana en reposo existe una gran variabilidad en la frecuencia cardiaca, la cual está influenciada por la edad, el sexo, la temperatura, el grado de entrenamiento físico, el ciclo circadiano y por el equilibrio entre el sistema nervioso simpático y parasimpático de cada individuo.


La bradicardia puede ser fisiológica o patológica, las patológicas pueden ser sintomáticas o asintomáticas y  pueden ser clasificadas dependiendo del lugar donde se originen. Así, pueden ser secundarias a alteraciones en la génesis del impulso en el nodo sinusal (P.E. bradicardia sinusal, paro sinusal) o en la conducción sinoauricular (bloqueos de salida), intraauricular, a nivel del nodo AV o del sistema de conducción His -  Purkinje.
Existen tres mecanismos fundamentales para la producción de bradicardia:
  1. La alteración de la función del nódulo sinusal o de la conducción sinoauricular, que llamaremos enfermedad del nódulo sinusal (ENS).


  1. La alteración de la conducción auriculoventricular que da lugar a los bloqueos auriculoventriculares (BAV).
  2. Uso de fármacos.


Anatomía y fisiología del sistema de conducción cardíaco
El sistema de conducción fisiológico está formado por el nódulo sinusal, el nódulo AV y el haz de His, que incluye las ramas derecha e izquierda del haz, así como el sistema de Purkinje. El sistema de conducción puede entenderse como una jerarquía de marcapasos, en la que el nódulo sinusal es el marcapasos primario del corazón.
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Anteriormente se creía que los impulsos procedentes del nódulo sinusal llegan al nódulo AV a través de tres vías intraarteriales (el tracto internodal anterior, el medio y el posterior), pero los estudios más recientes indican que la orientación de las fibras auriculares puede explicar las vías de conducción preferentes.
Algunos pacientes tienen vías accesorias, el nódulo AV constituye la única conexión entre aurículas y ventrículos. Los impulsos que van de las aurículas a los ventrículos están modulados por el mismo. Una de sus principales funciones es retrasar y limitar el número de impulsos auriculares que llegan al ventrículo. Además, las extensiones inferiores pueden actuar como marcapasos secundario en casos de bloqueo AV. El nódulo AV forma parte de la unión AV, que se divide en tres regiones distintas aunque forman uno mismo en la onda del potencial de acción: la zona de transición, la porción compacta o nódulo AV y la parte penetrante del haz AV (haz de His). La porción compacta del nódulo AV está situada debajo del endocardio auricular derecho, por delante del ostium del seno coronario y por encima de la inserción de la valva septal de la válvula tricúspide. A su entrada en el tejido fibroso central, el nódulo AV pasa a ser la porción penetrante del haz de His. A continuación, los impulsos pasan del haz de His a las ramas derecha e izquierda del haz. La arteria del nódulo AV irriga la parte proximal del nódulo AV, mientras que la parte distal tiene una doble irrigación que hace que sea menos vulnerable a la isquemia. La arteria del nódulo tiene su origen en la arteria coronaria derecha en un 80-90% de las personas, y en la arteria circunfleja en el 10-20%.
El sistema de conducción cardíaco recibe una inervación abundante tanto del sistema nervioso simpático como del parasimpático. La estimulación del sistema nervioso simpático aumenta el automatismo, potencia la conducción y acorta los periodos refractarios. El sistema parasimpático tiene efectos opuestos. No obstante, la conducción en el haz de His no se ve influida por la estimulación simpática ni por la vagal.
Epidemiología
Se considera clásicamente como una enfermedad de las edades avanzadas, pero puede presentarse a cualquier edad, incluyendo neonatos; la edad media de los enfermos con esta condición es de 68 años, con afectación equilibrada para ambos sexos, aparece en uno de cada 600 cardiópatas mayores de 65 años y puede ser responsable del 50% o más de los marcapasos implantados en un año en Estados Unidos.
La estimulación cardiaca se inició hace más de 50 años en Suecia. La necesidad de estimulación cardíaca permanente es una realidad indiscutible en variadas condiciones que se manifiestan clínicamente con síntomas como síncope, insuficiencia cardíaca congestiva y Síndrome de Bradicardia–Taquicardia entre otras.


La prevalencia de trastornos del ritmo que requieren el implante de un marcapasos definitivo, tales como enfermedad del nodo sinusal y bloqueo AV completo, es relativamente baja, muy variable en las diferentes poblaciones y su incidencia aumenta progresivamente con la edad.


Según los registros del Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS). Aumentó progresivamente en los últimos años y es más elevada en los adultos mayores. Así mismo, en el grupo de 75 o más años, los trastornos de la conducción cardíaca y arritmias se ubican dentro de las primeras 20 causas de AVISA (años de vida ajustados por discapacidad), lo que adquiere especial relevancia en el contexto del envejecimiento poblacional, que hace que hoy día el país tenga una creciente proporción de adultos mayores, que dependen en su mayoría del sistema público de salud para la resolución de sus patologías, por lo que se podría esperar una mayor carga de enfermedad.
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Etiología y Fisiopatología
La DNS puede ser consecuencia de diversos trastornos que causan una depresión del automatismo del nódulo sinusal y de la conducción eléctrica a partir de este nódulo y en el tejido perinodular y auricular. Estos trastornos pueden ser intrínsecos (enfermedades que alteran de manera directa el nódulo sinusal o la estructura sinoauricular) o extrínsecos (la mayoría de las veces fármacos cardiovasculares o enfermedades sistémicas como la apnea del sueño). La causa más frecuente de DNS es la fibrosis degenerativa idiopática del tejido nodular que se asocia a la edad avanzada. Se cree que la fibrosis conduce a una pérdida de células marcapasos y su desplazamiento de la parte central a la inferior del nódulo sinusal. La despolarización diastólica espontánea es más lenta en esas células, lo que da lugar a la bradicardia. Aunque, como ya se ha mencionado, la DNS a menudo se asocia a una cardiopatía subyacente y es una enfermedad fundamentalmente de los ancianos, se sabe que se da también en fetos, lactantes, niños y adultos jóvenes, sin que se identifiquen cardiopatías u otros factores contribuyentes obvios. Además, se han descrito casos familiares compatibles con una herencia autosómica dominante de penetración reducida o con una herencia recesiva. En pacientes con una DNS aislada o idiopática, se han identificado mutaciones en el gen del canal de sodio cardiaco.
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Bibliografía:
  • Dr. Ginner O. Rizo Rivera, Lic. Raimundo Carmona Puerta, Dr. Gustavo Padrón Peña.. (2008). Síndrome de nodo sinusal enfermo. ¿Dudas diagnósticas dudas terapéuticas?. Acta médica del centro., Vol. 2. No.2, Pág. 653-687.
  • Julia Voglera,, Günter Breithardta, Lars Eckardta. (2012). Bradiarritmias y bloqueos de la conducción. Revista española de cardiología, Vol 65 Num. 7, Págs 656 - 667.


  • Pedro Luis Aierbe Zabaleta, Abel Andrés Morist, María Fe Arcocha Torres.. (2008). Atlas de electrocardiografía. Osakidetza: Urtarrila.

martes, 26 de abril de 2016

Bradiarritmias Tratamiento

Tratamiento de la disfunción del nódulo sinusal
El tratamiento debe limitarse a los pacientes en los que se ha documentado una clara correlación entre síntomas y ritmo. Los pacientes con una DNS asintomática no requieren un tratamiento específico. El primer paso consiste en descartar o tratar las causas extrínsecas reversibles de DNS y descartar la bradicardia sinusal fisiológica. El tratamiento farmacológico no es eficaz en la DNS. Si no hay ningún trastorno reversible que cause la DNS, debe utilizarse un marcapasos cardíaco para aliviar los síntomas.
Tratamiento de los bloqueos de la conducción auriculoventricular
Al igual que en la DNS, el tratamiento del bloqueo AV debe empezar con la búsqueda de posibles causas reversibles, como por ejemplo la enfermedad de Lyme o la isquemia miocárdica. Si es posible, se debe suspender los fármacos que causan retraso de la conducción dentro del nódulo AV, como digital o los antagonistas del calcio. En la situación aguda, se puede tratar el bloqueo AV sintomático con fármacos vagolı´ticos por vı´a intravenosa, como la atropina o las catecolaminas (orciprenalina). Si estos fármacos no son efectivos, está indicado el uso de un marcapasos temporal. En el tratamiento de urgencia inmediata de las bradiarritmias sintomáticas graves (sin ritmo de escape), se puede aplicar estimulación transcutánea. El marcapasos cardiaco transitorio y permanente es el tratamiento de elección establecido en la mayorı´a de los casos de bloqueo AV completo sintomático. La indicación depende del tipo y la localización del bloqueo AV, los síntomas, el pronóstico y las enfermedades concomitantes.  Los pacientes con un bloqueo AV de primer grado generalmente no necesitan un marcapasos cardíaco. No obstante, si el intervalo PR no se adapta a la frecuencia cardiaca durante el ejercicio y es lo suficientemente prolongado (la mayorı´a de las veces > 0,3 s) para causar síntomas por pérdida de la sincronía AV, se debe considerar la posible conveniencia de implantar un marcapasos DDD (clase IIa). El bloqueo AV de segundo grado tipo I (Wenckebach) asintomático se considera casi siempre un trastorno benigno, con un pronóstico excelente en individuos jóvenes o deportistas entrenados, en reposo . Sin embargo, existe cierta controversia respecto al pronóstico y la necesidad de un marcapasos permanente en el bloqueo AV de segundo grado tipo I crónico en pacientes de más edad (> 45 años). Ası´ pues, en los pacientes de más edad con un bloqueo AV de segundo grado tipo I asintomático se debe aplicar, como mínimo, una vigilancia estrecha. En los pacientes con un bloqueo AV completo congénito, la decisión de implantar un marcapasos suele basarse en varios factores, como la evolución natural, la edad (la importancia de la bradicardia depende de la edad) y los síntomas del paciente y la cardiopatía estructural/congénita existente. Las indicaciones para el uso de un marcapasos cardiaco permanente en el bloqueo AV completo congénito están todavía en proceso de cambio. Sin embargo, hay consenso entre los pediatras respecto a que la presencia de una cardiopatía subyacente grave, síntomas y una frecuencia cardiaca < 50-55 lpm constituye indicación para el uso de un marcapasos cardíaco . En la actualidad, sabemos también que incluso los pacientes asintomáticos con una cardiopatía congénita aislada tienen un riesgo impredecible de síncope, por lo que debe considerarse seriamente el uso de un marcapasos en todo paciente con un bloqueo AV completo congénito.

  1. Bibliografia:
  2. Bradiarritmias y bloqueos de la conduccio ́n Julia Vogler, Gu ̈ nter Breithardt y Lars Eckardt 2012. 

BRADIARRITMIAS Manifestaciones Clínicas y diagnostico


  1. Para un adecuado dx es necesario realizar...
    Anamnesis: resulta importante reflejar, si se conoce, el momento de inicio, duración, factores desencadenantes (fármacos), comportamiento con el ejercicio, así como antecedentes personales y familiares de interés (por ejemplo: madre con enfermedad del tejido conectivo como: lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren, artritis reumatoidea o esclerodermia o, enfermedades de depósito).
    Exploración física: tensión arterial; coloración mucosa; perfusión periférica; pulso venoso en el cuello (las ondas A cañón derivadas de la contracción auricular en contra de las válvulas mitral y tricúspide cerradas son típicas, no deben confundirse con la elevación de la presión venosa central); pulso carotídeo (puede ser variable en volumen y velocidad cuando existe asincronía AV); soplos cardiacos, hepatomegalia.
    Manifestaciones clínicas: el espectro de manifestaciones es amplio pudiendo estar asintomáticos o presentar síncopes, mareos, sensación de inestabilidad, debilidad, fatiga moderada, palpitaciones, disnea, dolor torácico o hipotensión.
    Electrocardiograma: realizar un ECG de 12 derivaciones será de gran ayuda en la identificación de la bradiarritmia. En el análisis del ECG es importante seguir un orden (ver capítulo de ECG): identificar el ritmo, frecuencia cardiaca, sincronismo (cada onda p se sigue de un complejo QRS), intervalo PR (bloqueo/arritmia sinusal respiratoria/pausas sinusales), duración del QRS, morfología de las ondas e intervalo QT .

  2. Los signos y síntomas van a depender de las variaciones que se produzcan en el gasto cardiaco y oscilan desde mareos leves hasta síncopes. En último extremo la intensidad de la clínica dependerá de la actividad de los marcapasos subsidiarios y de las posibles reacciones vagales inducidas por bruscas variaciones del volumen sistólico.

  1. Hallazgos electrocardiográficos

  1. Paro sinusal o pausa sinusal
       Bloqueo sinoauricular

       BAV de primer grado
       BAV de segundo grado, tipo I (Wenckebach)
          BAV de segundo grado tipo II

       BAV de 3o grado 
  1. Bibliografia:
  2. Bradiarritmias y bloqueos de la conduccio ́n Julia Vogler, Gu ̈ nter Breithardt y Lars Eckardt 2012. 

Síndromes coronarios agudos

¿Qué son?
Síndromes Coronarios Agudos.


Son un grupo de padecimientos que agrupan a las distintas formas de presentación de la cardiopatía isquémica.
En combinación con la presentación clínica, un síndrome coronario agudo es definido por la presencia de una elevación del ST mayor o igual a 1 mm en al menos dos derivaciones adyacentes, elevación del segmento ST mayor o igual que 2mm en al menos dos derivaciones  precordiales contiguas o un bloqueo nuevo de rama izquierda. En ausencia de elevación del segmento ST (síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST).





Fisiopatología
 

De manera normal, la circulación arterial coronaria  se encarga de proporcionar riego sanguíneo suficiente para satisfacer la demanda del miocardio. El desequilibrio entre el aporte y la demanda puede precipitar isquemia donde varios mecanismos patológicos pueden interferir con el flujo sanguíneo a través de las arterias coronarias y ser capaces de inducirla. La estrechez de una arteria coronaria principal en más del 50% altera el flujo sanguíneo en situaciones de mayor demanda de oxígeno. La alteración patológica más frecuente en este sentido, es la ateroesclerosis que provoca las categorías principales mencionadas anteriormente.
Dentro de los mecanismos fisiopatológicos de la aterosclerosis tenemos a la inflamación que  en la aterosclerosis se presenta como una respuesta vascular frente a una gran variedad de estímulos lesivos, caracterizada por el movimiento de células desde la luz vascular hacia el interior de la pared arterial en el lugar en el que se ha iniciado el estímulo nocivo, bajo la influencia de factores quimiotácticos que se producen localmente. Cuando el estímulo inflamatorio es persistente o se repite continuamente se producirá una inflamación crónica. El infiltrado de células inmunitarias típico de la inflamación crónica está compuesto por macrófagos, linfocitos y células plasmáticas. La liberación crónica de mediadores de la inflamación producirá lesión tisular, cicatrización y la posible pérdida de la función tisular.

 La isquemia se va a manifestar clínicamente por angina, infarto del miocardio o muerte cardíaca súbita (arritmias). Los trombos que ocluyen completamente la luz arterial y con una pobre circulación colateral provocarán un infarto del miocardio. Cuando el trombo no ocluye completamente la luz arterial se presentará como angina inestable o infarto.





 Estos síndromes se producen básicamente como consecuencia de la ruptura de la placa ateroesclerótica que son asociadas con lesiones propensas a la ruptura, estas son conocidas como “placas vulnerables” y se encuentran compuestas por un núcleo rico en lípidos en la porción central de una placa excéntrica. Este núcleo contiene también numerosas células espumosas correspondientes a macrófagos cargados de lípidos, bajo una cubierta delgada que consiste en una capa fibrosa.


 El desarrollo de los conceptos de placa vulnerable y rotura de la placa, así como el reconocimiento de que éste era el mecanismo subyacente en la angina inestable, el infarto sin onda Q y el infarto de miocardio agudo clásico, condujo a considerar estos 3 cuadros clínicos como parte de este continuo denominado SICA. Al mismo tiempo, la posibilidad de determinar mediante técnicas de laboratorio sencillas la concentración de troponinas, un marcador más sensible que la creatincinasa o sus fracciones, abrió una nueva época en la estratificación del riesgo, especialmente en los síndromes coronarios agudos sin elevación del segmento ST.
Factores de Riesgo

·         Dislipidemia
·         Tabaquismo
·         Hipertensión arterial
·         Diabetes mellitus
·         Inactividad física
·         Obesidad



 
Factores de Riesgo no modificables
 


 Su identificación sirve para establecer un perfil de riesgo cardiovascular del sujeto.

·         Antecedentes familiares
·         Edad
·         Sexo
·         Personalidad tipo A (personas que sufren de estrés)
·         Antioxidantes






Características Clínicas
 
Sin elevación del segmento ST
Los pacientes con angina inestable o infarto del miocardio sin desnivel positivo del segmento ST, además de tener dolor precordial pueden presentar molestia en la mandíbula, cuello, brazo izquierdo, espalda o en epigastrio. Se ha reportado como equivalentes de angina de pecho la disnea inexplicable o fatiga extrema Generalmente el paciente con angina inestable tiene dolor precordial que dura de 5 a 20 minutos y se puede disminuir con nitratos sublinguales. Cuando el dolor precordial tipo opresivo dura más de 20 minutos es una angina prologada o un infarto con desnivel negativo o desnivel positivo del segmento ST en el electrocardiograma Otras causas graves de dolor torácico, sin isquemia miocárdica son: disección aórtica o tromboembolia pulmonar, por lo que debe hacerse el diagnóstico diferencial correspondiente Todo paciente con dolor precordial, con o sin irradiación a brazos, espalda, cuello, mandíbula o epigastrio; disnea, debilidad, diaforesis, náusea, mareo debe ser transportado, de preferencia por un servicio de ambulancia en lugar de familiares o amigos a un servicio de urgencias
Con elevación del segmento ST
Sospecha de infarto: dolor torácico en reposo o ejercicio, típico de isquemia o atípico > 20 minutos de duración. El dolor típico es retroesternal opresivo e irradia al hombro y brazo izquierdo. El atípico se puede observar en epigastrio, espalda, etcétera. La intensidad es variable, desde muy intenso hasta una molestia leve. En adultos mayores puede ser reemplazado por equivalentes de isquemia como, disnea, fatiga, lipotimia o síncope. La activación del sistema simpático (sudoración, palidez, náusea y vómito) es un elemento clínico muy importante.  Antecedentes de enfermedad coronaria y factores de riesgo históricos son fundamentales en el proceso de diagnóstico y estratificación. Aunque no existen signos físicos característicos, manifestaciones de disfunción ventricular (tercer ruido ventricular izquierdo, hipotensión, estertores, hipertensión venocapilar, fracción de expulsión < 40%) sugieren un área de miocardio en riesgo extensa y confieren un riesgo alto.

Aproximadamente del 25 al 35% de los infartos son silenciosos (sin manifestaciones clínicas), especialmente en pacientes diabéticos, en mayores de 70 años y en los pacientes recientemente operados cuando aún están bajo efectos de sedación. Mientras que por otro lado, en el 70 y 80% de los pacientes con IAM 
se presentan los síntomas típicos.





 El angor pectoris se traduce literalmente como estrangulamiento en el pecho. Los síntomas clásicos de la angina, así como el espectro de presentaciones, desde una angina de esfuerzo estable hasta la angina en reposo y el infarto  agudo al miocardio. La mayoría de los pacientes que se presentan con un síndrome coronario agudo tienen el antecedente de angina, aproximadamente 80% tienen el antecedente de enfermedad de las arterias coronarias. Alrededor de un 55% de los pacientes con angina inestable. No obstante, entre la población de mujeres, la angina inestable se está expandiendo rápidamente. Se ha establecido que los síndromes coronarias agudos tienen una periodicidad circadiana, con una incidencia pico entre las 6 am y 12 pm.
Los síndromes coronarios agudos pueden estar precipitados por el ejercicio vigoroso, particularmente en pacientes previamente sedentarios. El estrés emocional, incluyendo el creado por desastres naturales, pueden llevar a la ruptura de la placa, a un síndrome coronario agudo y muerte cardiaca súbita. Sin embargo, la mayoría de los síndromes coronarios agudos ocurren en pacientes sin una causa identificable. El dolor isquémico es típicamente gradual al inicio y puede no extenderse este pico de intensidad por algunos minutos. El signo de Levine (nombrado por el Dr. Samuel A. Levine), en el cual el paciente coloca un puño cerrado sobre el tórax mientras describe el dolor, es clásico en el IM. Los pacientes con síndrome coronario agudo y particularmente con Infarto al Miocardio agudo, pueden tener otros síntomas como so disnea, diaforesis, nausea, vómito y palpitaciones. Los síntomas gastrointestinales son más comunes con isquemia de la pared inferior. Otros síntomas típicos incluyen aprensión o ansiedad, sincope, falla cardíaca aguda, debilidad generalizada y cambios agudos en el estado mental. Los síntomas atípicos son más frecuentes en pacientes mayores.



Exploración Física
 
 Los signos más severos descritos tardíamente acompañan frecuentemente al IM agudo, incluyendo IMSEST(Infarto al Miocardio Sin Elevación  del Segmento ST), más que a la angina inestable. En adición, muchos de los signos de isquemia aguda pueden ser transitorios, ocurriendo solo durante la isquemia y con una resolución posterior rápida. Frecuentemente se observan ansiosos e inquietos tratando de encontrar una posición confortable. Los pacientes pueden masajear su tórax o demostrar el signo de Levine. Es común la diaforesis, ocasionalmente profunda, particularmente en infartos inferiores. La palidez puede ser evidente. La frecuencia cardiaca puede ser variable.  Con isquemias verdaderamente severas, la presión sanguínea puede estar elevada como consecuencia de descarga adrenérgica. En la isquemia inferior, es frecuente la hipotensión debido a un exceso de estimulación parasimpática. La administración de nitratos puede exacerbar esto, particularmente en un subgrupo de pacientes con involucro del ventrículo derecho. La temperatura usualmente es normal. La angina inestable, la frecuencia respiratoria es más bien normal.




Exploración Cardíaca
 A pesar de síntomas severos y una isquemia extensa, la exploración cardiaca puede ser normal en pacientes con síndromes coronarios agudos.
Un S4 frecuentemente audible en pacientes con síndrome coronario agudo, es mejor escuchando entre el borde esternal izquierdo y el ápex y refleja una reducción en la complianza ventricular izquierda asociada a isquemia. Un tercer ruido cardiaco S3 es causado por una rápida desaceleración de flujo sanguíneo transmitral durante el llenado diastólico temprano del ventrículo izquierdo y sugiere una disfunción sistólica de este ventrículo.





Electrocardiograma
 
 El electrocardiograma ECG de 12 derivaciones es la prueba más importante en pacientes con sospecha de síndrome coronario agudo; el ECG proporciona información esencial para el diagnóstico y pronostico y por lo tanto debe ser realizado tan pronto como sea posible, preferiblemente dentro de los 10 minutos de inicio de la presentación del cuadro.
La presencia de una elevación del segmento ST persistente en el ECG, por definición nos lleva a distinguir entre IMEST (Infarto al miocardio con elevación del ST) de angina inestable e IMSEST (Infarto al miocardio sin elevación del ST). La elevación del segmento ST resulta de la lesión epicardica, la cual es usualmente causada por una oclusión trombótica completa de un vaso epicardico. La depresión del segmento ST puede ocurrir ya sea en forma aislada o acompañada de una elevación del segmento ST en otro sitio del ECG.
En ausencia de elevación del segmento ST en otra parte  del ECG, la depresión del segmento ST se asocia usualmente con isquemia subendocardica. En pacientes con este descubrimiento, la distinción entre angina inestable e IMNEST se basa en la transitoriedad o permanencia de la depresión del segmento ST, y definitivamente en la detección de marcadores de necrosis miocárdica.
La apariencia de un ECG aparentemente normal no excluye un síndrome coronario agudo.





Biomarcadores

 Los aumentos detectables en los biomarcadores de lesión cardiaca son indicadores de lesión del miocardio, sin embargo, estas elevaciones no son sinónimo de un mecanismo isquémico de lesión.
Las troponinas cardiacas (I y T) son los marcadores preferidos para el diagnóstico de lesión miocárdica. La mayor especificidad tisular de las troponinas comparadas con CK-MB y otros marcadores convencionales, está bien establecida.






Prevención Primaria
 



La mayoría de las guías de tratamiento toman mucho en cuenta e insisten en la importancia del intensivo tratamiento de los factores de riesgo, así como también la prescripción de los fármacos y el inicio de la educación del paciente, todo esto durante el manejo al ingreso hospitalario.
Dentro de las recomendaciones del estilo de vida algunas guías europeas sobre el manejo del paciente con infarto al miocardio con o sin elevación del segmento ST o con enfermedad coronaria estable se encuentran más enfocadas en cuanto al manejo de la dislipidemia y prevención de la enfermedad cardiovascular.
Dieta


Para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular es importante que el paciente cuente con una dieta saludable. Donde la ingesta energética debe limitarse a la cantidad de energía necesaria para mantener o conseguir un peso corporal adecuado (IMC<25), así como reducir las grasas saturadas y reemplazarlas por ácidos grasos poliinsaturados omega 3, reducir a su vez la ingestión de sal a <6g/día, también se sugiere limitar el consumo de alcohol. Las recomendaciones en la dieta del paciente han demostrado de manera satisfactoria eficacia.





Tabaco
 
En cuando al tabaco, se sabe que altera de manera importante la función endotelial, facilita la adhesión celular y es un factor proinflamatorio, protrombotico y prooxidativo lo que consecuencia facilita la aterosclerosis y ayuda a potenciar la inestabilizacion de las placas de ateroma, al que se atribuye incluso un papel proarritmogeneo. Estos pacientes fumadores tienen el doble de probabilidad de presentar una recurrencia de eventos isquémicos en comparación con los pacientes que no lo son, lo que confirma el efecto protrombotico importante del tabaco.
De acuerdo a los resultados del estudio PARADOX aparecido en 2013 se da a conocer la eficacia diferencial de la monoterapia con clopidogrel en función de la condición de fumador del paciente con enfermedad aterotrombotica donde se comparó la reactividad plaquetaria de pacientes que tomaban clopidogrel divididos en dos categorías, fumadores y no fumadores. En esta comparación se observó que  en los pacientes no fumadores que ingerían este fármaco el metabolito de este era menos activo, por lo que había mayor reactividad plaquetaria a diferencia de los pacientes que tomaban prasugrel  donde su reactividad plaquetaria era más baja.
                                      



Hipercolesterolemia
Actualmente en el tratamiento de la hipercolesterolemia se está abriendo un nuevo campo con la aparición de una clase nueva de fármaco que reduce de manera significativa la concentración de colesterol. Este fármaco se trata de anticuerpos monoclonales dirigidos en contra de la proproteína convertasa subtilisina-kexina tipo 9, una proteasa que se une al receptor hepático de las LDL y facilita la degradación de estas. De esta manera, se inhibe su acción y los receptores hepáticos de LDL permanecen, lo que mejora  su captación y eliminación.

Tratamiento


Posterior a un SICA el tratamiento antiplaquetario con AAS  a dosis bajas (75-100mg) es el fármaco de elección y se recomienda por un tiempo indefinido, el clopidogrel (75mg) es la alternativa para los pacientes con intolerancia real al AAS.
Diversos estudios se han encargado de analizar la duración optima de la doble terapia antiagregante en donde se incluyó que la extensión de la doble terapia antiagregante más allá de 12 meses incremento de manera significativa el riesgo de hemorragia grave sin reducir mortalidad, infarto de miocardio o accidente cerebro vascular, en comparación con el control de 3 a 12 meses de doble antiagregación.
Las guías europeas de SCA siguen recomendando la doble terapia antiagregante durante 12 meses para el SCA con y sin elevación del segmento ST e independientemente de que se hayan implantado stents coronarios. Sin embargo, la reciente guía de las Joint British Societies, aunque también recomienda 12 meses de tratamiento tras un SCA, establece una duración mínima de 1 mes para los pacientes tratados con stent metálico convencional y 6 meses para los tratados con stent farmacoactivo.
Actualmente, se han probado estrategias de antiagregación plaquetaria mediante fármacos que inhiben el receptor de trombina de la plaqueta, como vorapaxar, del que sin embargo no se ha demostrado beneficio claro, ya que no reduce los eventos isquémicos y aumenta las tasas de hemorragia.
MANEJO INICIAL:


MONITORIZACION CARDIACA
El monitoreo continuo del ritmo cardiaco facilita el pronto reconocimiento de fibrilación ventricular y taquicardia ventricular, ritmos comunes en pacientes con síndrome coronario agudo, así como su tratamiento.

TERAPIA CON OXIGENO
No existe evidencia de que la administración de oxígeno en forma rutinaria a todos los pacientes con un amplio espectro de síndrome coronario agudo, mejore sus resultados clínicos o se reduzca el tamaño del infarto. La opinión de expertos respecto al uso de oxigeno sugiere que esta terapia debe proporcionarse a pacientes con hipoxia, edema pulmonar o con isquemia miocárdica continua. La recomendación es que cuando un paciente presenta una saturación de oxígeno menor a 80% se debe aplicar dicha terapia de oxígeno.

TERAPIA ANTI-PLAQUETARIA
Aspirina. En comparación con placebo, la aspirina reduce el índice de eventos  vasculares en pacientes con angina inestable y reduce la probabilidad a cerca de un tercio, en los que tienen infarto agudo miocárdico.
Combinación de aspirina y clopidogrel. Aspirina (300mg inicial y posteriormente 75-150 mg al día) y clopidogrel (300mg al inicio y posteriormente 75 mg al día) fue más efectiva que la aspirina sola.

TERAPIA ANTICOAGULANTE
Heparina no fraccionada. En pacientes con SICA sin elevación del ST, el tratamiento con heparina no fraccionada por al menos 48 hrs, reduce la combinación de muerte o infarto miocárdico.
En pacientes con SICA y elevación del ST después de aspira y trombolisis, la heparina no fraccionada reduce el índice de re infarto.

INTERVENCION CORONARIA PERCUTANEA PRIMARIA (ICP primaria)
Cuando se compara con la trombolisis, la ICP primaria reduce a corto y largo plazo la mortalidad, apoplejía, reinfarto, isquemia recurrente y la necesidad  de cirugía de revascularización coronaria, así como el punto final combinado de muerte o reinfarto no fatal. 

TERAPIA TROMBOLITICA
Cuando se compara con placebo, la terapia trombolítica reduce la mortalidad de 35 días en pacientes con SICA y elevación del ST.
Comparada con ICP primaria, el beneficio de la trombolisis, en mortalidad a seis meses, es más tiempo dependiente y se asocia con menor grado de recuperación miocárdica, en cualquier punto de tiempo. La opinión de expertos, sugieren que cuando la ICP primaria no puede ser realizada dentro de los 90 minutos del diagnóstico, la terapia trombolítica debe ser administrada. 

-       CONTRAINDICACIONES PARA TROMBOLISIS
Las contraindicaciones absolutas para la trombolisis incluyen hemorragia reciente,
trauma o cirugía, coma, apoplejía isquémica de no más de tres meses, disección
aortica, diátesis sanguínea, lesiones cerebro-vasculares estructuralmente conocidas incluyendo neoplasias y cualquier hemorragia intracerebral previa.

NITRATOS
Los nitratos disminuyen  la precarga y poscarga por que producen dilatación arterial  y venoso, también relajación  de las arterias  epicardicas  coronarias  lo cual mejora  el flujo coronario, dilatación de  las colaterales  y favorece el flujo  de epicardio a subendocardio. La vasodilatación  de las arterias coronarias  especialmente  en el sitio  de rotura de la placa  es benéfico en el paciente con un SICA.

BETABLOQUEADORES
Los bloqueadores beta disminuyen la frecuencia cardiaca  y la presión arterial, reduce el consumo de oxígeno  por el miocardio  y en principio, se limita el tamaño del infarto. La acción anterior trae como consecuencia que mejore  el dolor y la necesidad de analgésicos  en muchos pacientes con SICA.

ANALGESIA
Es un punto importante  en el paciente  con síndrome  coronario isquémico agudo  su objetivo  es aliviar  síntomas  ansiedad  y aprehensión. El sulfato de morfina es el fármaco de elección  y también ha demostrado  su utilidad  en pacientes con edema agudo de pulmón.

INHIBIDORES DE LA ENZIMA CONVERTIDORA  DE ANGIOTENSINA 
La inhibición del sistema  renina angiotensina  se debe iniciar  inmediatamente después  del infarto, ya que con esto  se disminuye  el proceso de remodelación  ventricular  disminuyendo la incidencia  de insuficiencia cardiaca y mortalidad,  además  tienen otros beneficios  como reducción de  la  pre y pos carga  ventricular, potencian la fibrinólisis, estabilizan  la placa ateroesclerótica  restauran la función endotelial, tienen efectos  antiproliferativos y efectos antiaterogénicos.


ESTATINAS
Su uso en la fase temprana de los SICA, cada vez es más frecuente, los efectos
positivos  de las estatinas, tales  como la estabilización de la placa  haciéndole menos susceptible de romperse, disminución  del proceso inflamatorio  con disminución de la proteína C  reactiva, disminución de la formación de trombos incrementa la fibrinólisis  e inhibe la  reactividad  y agregación plaquetaria  así como  mejoría de la función endotelial  y estas cualidades parecen ser independientes  de los niveles de lípidos.


Los avances en el tratamiento cardiovascular de las últimas décadas nos permite ofrecer a los pacientes diferentes tratamientos en función a la gravedad de la enfermedad y su pronóstico. Determinar este con la máxima exactitud posible sigue siendo un importante objetivo.
Bibliografía
 



- Guia de practica clínica Diagnostico y tratamiento de pacientes con Sindrome Croronario Agudo sin elevación del ST, Mexico Secretaria de Salud 2010.
- Sanz, G. A. (2007). Estratificación del riesgo en los síndromes coronarios agudos: un problema no resuelto. Revista Española de Cardiología, 60(Supl. 3), 23-30.
- García-Moll, X. (2005). Marcadores de inflamación y de antiinflamación en el síndrome coronario agudo:¿ listos para usarlos en la práctica clínica?. Revista Española de Cardiología, 58(06), 615-617.
- Quiles, J., & Miralles-Vicedo, B. (2014). Estrategias de prevención secundaria del síndrome coronario agudo. Revista Española de Cardiología, 67(10), 844-848.
Tipo, I., & II, T. (2005). Síndromes coronarios agudos. Rev Fac Med UNAM,48(2).

- Armando García-Castillo. (2010). Guías clínicas para el manejo del infarto agudo del. Obtenido de http://www.scielo.org.mx/pdf/acm/v76s3/v76s3a1.pdf